Semana Santa

Semana Santa murciana, una experiencia y una pasión única

Comienza la primavera, y para el deleite de nuestros sentidos también la floración en Madrid, nuestra ciudad de acogida. Los parques, las extensas zonas verdes y algunas calles de la capital lucen repletas de árboles en flor, predominando un blanco y un rosa magnífico.

Empezamos a disfrutar con más asiduidad del sol y de las tardes largas y azules que tanto nos recuerdan y nos retrotraen a la tierra querida que nos vio nacer y crecer, Murcia. Vinculado a esos pensamientos, indudablemente, hay un acontecimiento excepcional que está a punto de celebrarse y, que a la mayoría de murcianos en Madrid, nos arrastra a preparar la maleta para vivirlo en familia y con amigos que allí nos aguardan: la Semana Santa murciana. Por esa razón, no me queda más remedio que ensalzar la Semana Santa tan diversa que en nuestra región se celebra.

Hermosa, sin duda, emotiva, rica en desfiles, tronos, imaginería y pasos que la representan en todos los pueblos y ciudades, y espectacular, también. Quienes disfruten de ella en estos días de vacaciones verán plasmado el sentimiento religioso y el fervor popular allá donde estén, compaginado siempre con el arte escultórico, las obra de los grandes imagineros y los majestuosos bordados que lucen procesionistas orgullosos y tallas que desfilan.

Vayámonos a Cartagena, que brilla por el orden, la suntuosidad y la marcialidad de sus desfiles pasionales, marcados siempre por la rivalidad entre Californios y Marrajos; o a la capital, Murcia, con la belleza de sus imágenes, destacando, como no, la obra escultórica de Salzillo, y la gama de colores de sus túnicas, o los atuendos huertanos mientras los caramelos llegan generosos a manos de niños y mayores. Y ahora, necesito detenerme en Lorca, claro, por mi condición de lorquina, y porque uno de los recuerdos más entrañables y emotivos de mi niñez y adolescencia provienen de la Semana Santa de mi ciudad natal, cuando tuve el privilegio de representar a la Reina de Saba en dos ocasiones, personaje entre la historia y el mito, o desfilar en el pueblo hebreo en numerosas ocasiones, hasta hoy en día convertirlo en tradición con mis hijas.

Y es que Lorca posee una Semana Santa singular, declarada fiesta de interés Turístico Internacional, una de las más populares en España y única en el mundo por la riqueza de sus bordados (también Bienes de Interés Cultural), las sedas matizadas y la grandeza, inigualable, de sus desfiles bíblico-pasionales, en los que destacan las rivalidades centenarias de los pasos Blanco y Azul. Viernes de Dolores, Domingo de Ramos, Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes Santo o Domingo de Ramos, principalmente, blancos y azules, encarnados, morados y la hermandad de la Curia, deleitan a los miles de presentes con su despliegue de esplendorosos desfiles de imágenes religiosas, bíblicas (con escenificaciones del Antiguo y Nuevo Testamento), bordados en oro, plata y seda, carreras de caballos y carruajes. 

A Murcia, Cartagena y Lorca le podríamos sumar las alabanzas de otras localidades que celebran con gran belleza su pascua, como Abarán, Calasparra, Caravaca, Cieza, Jumilla, Moratalla, Yecla, Cehegín, Totana, Mula, Ricote, San Pedro del Pinatar, etc. Esto nos permitirá siempre crear un itinerario de ocasiones para acercarnos a todos los rincones de la región en estas fechas. 

Si a todo este derroche de elogios de nuestra Semana Santa le añadimos el ambiente que se crea en los museos y casas de los diferentes pasos, en las concurridas calles y en las plazas disfrutando con nuestras mejores galas de un buen aperitivo, garantizado siempre por nuestra rica gastronomía, no queda otra que prepararse para una de las fechas más deseadas por todos los murcianos, los que disfrutan de nuestra amada Murcia todo el año y los que, en unos días, volveremos por vacaciones

¡Nuestra Semana Santa es una experiencia y una pasión única! ¡Celebrémosla!

Mari Luz Bravo. 

Responsable Cultura ASMUMAD.