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¡Menuda papeleta!

Pilar Bermejo, presidenta de ASMUMAD, reflexiona sobre la importancia de los eslóganes en la pasada campaña electoral

Madrid, 28 de julio de 2023 – Los últimos días del mes de julio están siendo agitados. A menos de tres días para finalizar el mes e iniciar agosto, la mayoría nos iremos de vacaciones y aún faltan «deberes por hacer». Sin embargo, nosotros, al menos como ciudadanos, creo que hemos cumplido. Mala suerte la de nuestros políticos que imagino no podrán irse de vacaciones en esta ocasión. Ellos sí que sí tienen una buena «papeleta» por delante aún por resolver que no es ni más ni menos que establecer quién asumirá el gobierno de nuestro país los próximos cuatro años, que no es poco.

¿Acaso una papeleta puede actuar de «cómplice» en el devenir de nuestro futuro? Parece que sí.

En los últimos años nunca había cobrado tanta importancia el valor de una «papeleta».

EL PODER DE LOS CLAIMS DE CAMPAÑA

Una vez decides, tanto si votas como si no lo haces, e incluso cuando sí lo haces, pero lo haces en blanco, la elección ya está hecha y, por ende, con esta decisión estas determinando tu vida y la de los tuyos. ¿En qué sentido? En todos. Surgirán cambios en el ámbito económico, educacional y en un largo etcétera.

Pues bien, antes de tomar una decisión entrará en juego el papel de nuestros queridos eslóganes, el de los lemas de campaña electoral, aquellos que eligen los asesores de nuestros políticos y que arrastran a más de uno a tomar una decisión en el último momento, aquellos a los que nos aferramos sin mirar más allá, aquellas expresiones que deseamos creer, las que deben contener el «mensaje» que consideramos que resume la esencia de cada partido. El claim de campaña deberá representar la intención que hay detrás de cada «cara» de nuestros líderes políticos. Sin embargo, en ocasiones, «no es oro todo lo que reluce».

«Es el momento»: El PP, la fuerza política que ha obtenido más votos, nos recordaba bajo su claim que este era el momento y lo acompañaba con una imagen de su líder, Alberto Núñez Feijóo. La pregunta tan sencilla que le sucede es la siguiente: El momento «¿de qué?». Seguramente los votantes hayan entendido que es el momento del cambio, de la mayoría absoluta, de actores nuevos y un sinfín de motivos, todos ellos envueltos en esa expresión que nos viene a la cabeza, recordándonos que es ahora o nunca, pues es este y no otro, el momento para provocar ese cambio con nuestro voto.

«Adelante»: El PSOE, la segunda fuerza política más votada, nos recordaba con su eslogan que precisamente en un momento en el que España ha conseguido modificar leyes, pactar nuevos acuerdos, en esa España que desea seguir transformando a su entender se debe, por tanto, seguir como indica su eslogan de campaña «adelante» sin dar ningún paso atrás y, por tanto, continuar adelante con ellos en la misma dirección.

«Lo que importa»: El partido deVOX, la tercera fuerza política más votada nos recordaba a través de su eslogan a los españoles que, lo verdaderamente importante, debe pasar por una revisión del actual sistema de educación, así como la importancia del papel que asumen las fuerzas de seguridad del estado, la permanencia de la unión de la nación, la seguridad de nuestros empresarios, el mayor control de una inmigración ilegal, incentivos a quiénes deseen ampliar la familia y un largo etcétera. Para el partido de Abascal, motivos suficientes para votar por lo que realmente «importa».

«Es por ti»: El partido liderado por Yolanda Díaz deSUMAR, la cuarta fuerza política más votada, nos recordaba los motivos que le llevan a crear el nuevo partido «Por ti». En su propósito de intentar impulsar bajo su punto de vista lo que para este partido es lo verdaderamente importante con un «va por ti» por establecer cada vezmás medidas sociales, en definitiva, más motivos para que no tengamos tan solo que vivir para trabajar…

ELECCIONES ANTICIPADAS: LO QUE NO SE COMUNICA, NO EXISTE

Al son de las campanadas fuimos convocados a una reunión de extrema urgencia y no sabemos, qué será lo próximo. Los españoles debíamos acudir a lar urnas para votar mucho antes de lo previsto. El mes de diciembre era la fecha inicial para las elecciones generales, sin embargo, Pedro Sánchez precipitadamente decidió adelantarlas al domingo 23 de julio tras la «debacle electoral» en las elecciones municipales, eso sí, ajustándonos a la ley: justo tras los 54 días que deben transcurrir entre el decreto de convocatoria y la cita con las urnas. Más ajustado, imposible.

Aquí es donde entra en juego el gran papel que asume la comunicación y aquella expresión que todos conocemos de que «lo que no se comunica, no existe». Desde mi punto de vista, en ningún momento de la historia de nuestros últimos tiempos había cobrado tanto sentido, dicha expresión.

Y es que la comunicación es una de las herramientas más poderosas en la dirección empresarial, por ende, en el periodo de campaña electoral de los partidos políticos, ya que despierta en los votantes todo aquello que tiene que ver con sus intangibles, es decir, «la Marca».

La marca de cada partido representa la identidad, la reputación, la cultura, la imagen, la responsabilidad social que debería estar detrás de cada una de sus siglas, sin embargo y por desagracia, no siempre se corresponde con la realidad.

¿Dónde ha quedado el poder de las marcas?

La marca debería generar expectativas claras y seguras para sus seguidores, en este caso sus votantes, ventajas competitivas con respecto a sus adversarios, los partidos políticos.

Pero como digo, todo ha cambiado y ya nada es es como antes. Ahora también votamos a las personas y no tanto al partido, a la marca que hay detrás, votamos al equipo que acompaña a su representante pues es evidente que «donde dije digo, digo Diego».

Por todo ello, entre todas las decisiones que deben acometer los partidos, una de ellas será clave en periodo electoral: determinar la estrategia de comunicación: quién dice qué, cuándo y el cómo se dice.

La propaganda electoral jugará igualmente un papel decisivo en cuanto al tono, la forma, los colores que se utilicen, etcétera. El resultado de todo ello determinará la elección de la «papeleta> y en caso de no cumplirse nuestras expectativas, una vez que se conocen los resultados electorales, echaremos siempre la culpa no tanto a nuestros líderes, a nuestras gestiones sino a la estrategia de comunicación escogida.

MENSAJE PARA LOS POLITICOS

Tras haber superado el éxtasis provocado por el resultado electoral de las pasadas elecciones del 23 de julio, no creo que nadie deba estar contento por ningún resultado pues ninguna fuerza política obtuvo de veras una mayoría absoluta que le permita gobernar en solitario, quizá sea que la sociedad está pidiendo que así sea. En relación a este resultado electoral he escuchado con atención algunos cometarios de analistas políticos; comparto algunos de ellos con vosotros:

Nuestro paisano Arturo Pérez-Reverte, escritor y periodista en su columna habitual semanal de ABC «Patente de Corso» al que tituló: Aquí, mojándome, escribía lo siguiente tras el resultado de las pasadas elecciones «España no se respeta ni a sí misma y ha conseguido que nadie la respete fuera, convirtiéndose el el pitorreo de Europa y América» y concluía, «ya sólo tengo fe en el jamón ibérico, en Miguel de Cervantes y en la Guardia Civil».

El periodista Vicente Vallés afirmaba el pasado 23 de julio que en estas elecciones se veía una clara «victoria del PP silenciada frente a una derrota del PSOE celebrada».

El periodista del grupo COPE, Ángel Expósito, comentaba en antena que lo más sorprendente es que «España, los españoles, perdonan a Chapote».

Ignacio Camacho afirmaba tras el resultado electoral que «No se debería de poner al Rey en esta tesitura».

Edmundo Bal, abogado del Estado y ex ministro del partido Ciudadanos, criticaba al presidente del gobierno en funciones por ser el único que ha indultado y legislado «a la carta» y «abaratando el delito de sedición». Edmundo señalaba que «No se puede prometer un referéndum de autodeterminación».

Por favor, señores políticos, nos iremos de vacaciones y aún no tendremos un gobierno estable, no sabremos quién gobernará nuestro país los próximos cuatro años. No sabremos si de nuevo nos llegará una pandemia, una tormenta de arena o una «guerra de estrellas», no lo sabemos, pero para cuando esto ocurra, deseo saber quién asumirá estas responsabilidades.

Lo que sí sabemos es que España, donde todo aquel que lo pisa desea habitar en él, se trata de un bien que debemos cuidar y respetar. Que nuestra España, la de ahora, en un estado de democracia y monarquía está abierto al mundo, pero que no todo vale.

BAJO MI PUNTO DE VISTA

Hagamos las cosas bien o mejor. Seamos serios, no juguemos más con nuestras instituciones, seamos valientes y honestos, contribuyamos con nuestras decisiones a dar saltos gigantes que nos hagan sentir orgullo de pertenencia, dar ejemplo al resto del mundo. Tomemos decisiones que unan a la sociedad, con sentido de estado, como proyecto de vida, por nuestros hijos, por nuestro pasado y por nuestro presente.

De no ser así, de nuevo tendremos una «papeleta», pero será en nuestras vidas, pues ya no estará en nuestras manos el poder cambiar algo sino más bien en las manos de nuestros gobernantes a quiénes nosotros, con nuestra decisión de voto, hayamos consentido.

Feliz verano a todos, incluyendo a nuestros políticos. Nos vemos en septiembre.